Alan Turing desarrolló una prueba o procedimiento para
demostrar la existencia de inteligencia en las máquinas.
Básicamente, la prueba consiste en ubicar a una persona de
un lado y a un computador del otro, y en otra sala a otro hombre (juez). El
juez realiza preguntas y los dos elementos responden por escrito. Si el juez no
logra determinar quien contesta, o más bien, si no distingue entre el ser
humano o el sistema, entonces la prueba es considerada exitosa; es decir, la
máquina es inteligente.
La sala china:
Es una prueba paralela propuesta por John Searle y Roger
Penrose, es similar pero se realiza con personas encerradas en la misma
habitación sin tener conocimiento de del idioma en que se está realizando la
prueba.
Las grandes críticas que existen en las pruebas de Turing
son, por ejemplo: la de pensar a la
Prueba de Turing como un Dios. Dios puedo haberle concedido
la facultad de razonar independientemente. Además, las máquinas no tienen
conciencia ni emociones, a diferencia de los hombres e incluso pueden
identificar sabores, texturas y aromas gracias a sus sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario